La ronda divisional iniciará este fin de semana, y como ya es tradición en esta época del año dentro de la NFL, las bajas temperaturas jugarán un papel crucial en los partidos. Estas condiciones climáticas también generan postales memorables que quedan grabadas en la memoria de los fanáticos del emparrillado.

De acuerdo con los últimos reportes en Estados Unidos, el partido entre los Bills y los Ravens, que promete ser un auténtico juegazo, será el encuentro con la temperatura más fría de la ronda previa a las finales de conferencia. Se espera que para el día del partido (domingo), tanto Josh Allen como Lamar Jackson tengan que adaptarse a jugar con una temperatura de -10 grados Celsius y bajo una fuerte nevada en la ciudad de Búfalo.

Los Jefes de Kansas City recibirán a los Texanos de Houston en Arrowhead con un pronóstico similar al de Búfalo, incluso con ráfagas de viento que podrían hacer que la sensación térmica sea aún más baja, tal como ocurrió el año pasado en este mismo estadio.

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Otro de los escenarios donde se anticipa una fuerte nevada es el Lincoln Financial Field, casa de las Águilas de Filadelfia. Los Eagles recibirán a Los Ángeles Rams con una temperatura de -6 grados Celsius, y una alta probabilidad de que el clima sea aún más gélido debido a los vientos fuertes.

Por su parte, el clima en el estadio de los Leones de Detroit no se quedará atrás, con un pronóstico de -9 grados Celsius. Además, hay una alta probabilidad de nevada durante el partido contra los Washington Commanders el próximo sábado.

Aunque el año pasado el partido entre los Jefes de Kansas City y los Delfines de Miami alcanzó temperaturas de hasta -30 grados Celsius, lo que incluso llevó a algunas personas al hospital, este no ha sido el juego más frío en la historia de la NFL.

El encuentro con el clima más gélido registrado tuvo lugar el 10 de enero de 1982, en el partido entre los Cargadores de San Diego y los Bengals, conocido como el ‘Freezer Bowl’. En este juego, la temperatura osciló entre los -23 y los -50 grados Celsius.

Otro capítulo memorable ocurrió el 31 de diciembre de 1967, con el famoso ‘Ice Bowl’. En este juego de campeonato, los Green Bay Packers recibieron a los Vaqueros de Dallas en Lambeau Field, bajo una temperatura de -44 grados Celsius, consolidándose como uno de los encuentros más impactantes debido a las extremas condiciones climatológicas.

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